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Vivir con una mascota tiene enormes provechos: mejoran la empatía, reducen los escenarios de estrés y asisten a mantenernos más activos. Pero las virtudes se reducen cuando nos focalizamos en su relación con la decoración. Mantener la vivienda inigualable nunca fue tan difícil como cuando perros y gatos habitan además en ella. Sin tener las firmas que los dos acostumbran dejar en los muebles en forma de arañazos con sus garras y dientes, o como rastro peludo.

Elige los muebles correctos

De hecho, el estudio sugiere que el 28 % de los dueños ha realizado alguna reforma para adaptar el ámbito a su mascota en los últimos dos años. El 36 % consistió en la redistribución de algún espacio, el 26% en llevar a cabo alguna clase de optimización en las paredes y el 25% en la construcción de zonas particulares para sus animales de empresa.

Otro apunte más que asegura que los animales dejan su huella en el lugar de vida. Pero hay tejidos y mobiliario que resisten mejor su encontronazo. Seleccionar bien los materiales y buscar un equilibrio entre lo atractivo y lo efectivo son las claves para una feliz convivencia.

Los muebles más resistentes.

Si el mobiliario de exterior aguanta las inclemencias del tiempo, además sobrevivirán a las mascotas. Puede que la iniciativa suene disparatada, pero los muebles diseñados para exteriores son la preferible satisfacción para hacer más simple la convivencia dentro del hogar. Sus tejidos tienen dentro características impermeables y repelentes a manchas y olores, a prueba de algún rastro que los animales quieran dejar en ellas.

 

De igual modo sus construcciones tienden a ser además más fuertes ante dientes y uñas. La madera de acacia, entre otras cosas se aplica en las construcciones de barcos y pertenece a las más resistentes, al igual que la teca. El ratán, bambú y mimbre son versátiles y se ajustan tanto dentro como fuera de casa.

Tener un sofá de piel

Aunque la piel no se encuentra dentro de los primeros materiales que saltan a la cabeza cuando se piensa en animales, su resistencia llama la atención. Si las mascotas acostumbran subirse al sofá, el cuero (o su opción sintética) es una espectacular alternativa porque no atrapa el pelo. “Solo requiere ser aspirado y utilizar un limpiador comercial para mantenerlo flexible”, sugieren desde el portal especializado The Sprouce.

Por otro lado, si las mascotas acostumbran rascar los tejidos, mejor evitarlo, puesto que tienen la posibilidad de dejar arañazos a la visión, y también chicos agujeros.

LA MICROFIBRA LO RESISTE TODO

Otra alternativa es seleccionar sofás de microfibra. Entre sus virtudes figura que no se rompe, ni araña, y es simple liberarse de la pelambrera que hayan dejado perros y gatos con una fácil llamada de atención o un cepillo. “Los tejidos sintéticos trabajan bien puesto que se tienen la posibilidad de lavar a más temperatura, un aspecto considerable en relación a desinfección y limpieza”, sugiere el decorador David González miembro de Houzz. Además, esta clase de tejido no retiene los olores.

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